miércoles, 10 de julio de 2013

Ante la agresión sexista sufrida por una reportera que cubría la celebración de las fiestas de San Fermín, y que la prensa escrita recogía de la siguiente manera:
Maribel y la extraña familia pamplonica(Visto, dicho y oído 7/07/10 en Publico.es) Compadezco a los reporteros que no tienen más remedio que cubrir San Fermín para sus cadenas. Especialmente a esta, a quien ayer empaparon de vinazo para después morrearla sin su permiso. Sin embargo, eso no fue lo peor. Peor fue la reacción de su compañero en plató que, tras el beso, le dijo: “Maribel, no provoques a ese chico, por favor”. Maribel estaba haciendo su trabajo y no provocó a nadie; tuvo que sufrir a dos gañanes, al borracho y al de plató. Deseamos manifestar lo siguiente: Quien redacta este comentario en el diario Público acierta señalando como incorrecta esta escena aparecida en televisión, y es de agradecer su esfuerzo. Sin embargo, la decisión de incluirlo en un apartado de curiosidades (“lo visto, dicho y oído”) destinado al entretenimiento es un error con consecuencias muy negativas. En realidad es una situación denunciable pública y legalmente, pues supone un acto de violencia contra la mujer, de la que quienes son responsables deberían reconocer su error, corregirlo y pedir disculpas públicamente. El tratamiento que TVE1 y el diario Público le han dado a este suceso tiene gran relevancia, pues son organizaciones sociales dedicadas a crear ideología colectiva, y a través de cosas como estas educan a la sociedad en el sexismo y participan en su mantenimiento (tanto hombres como mujeres, jóvenes y adultas, nos acostumbramos a ver estas cosas como naturales e inevitables). Dejar pasar por alto situaciones de este tipo, y lo que es peor, alentarlas , conlleva graves consecuencias sociales: supone un muy preocupante modelo de cara al comienzo de la temporada de fiestas populares en Euskal Herria, perjudicando gravemente el trabajo que nuestra sociedad está realizando en favor de la eliminación del sexismo y de las relaciones de maltrato en general. Esto anima a que este tipo de actos se repitan en el resto de herriko jaiak (fiestas populares) y se les de la categoría de “naturales”. Nuestro movimiento de hombres (euskal herriko gizon sarea) va a aportar mucho si sigue movilizándose como hasta ahora para indicar donde no se está pensando bien, y cuales son las conductas y decisiones que fortalecen el sexismo y ayudan a que siga existiendo. Esta situación concreta convierte en espectáculo y en acto “gracioso y de entretenimiento” lo que en realidad es un acto de violencia física y psicológica contra una mujer trabajadora y contra todas las mujeres en general. Con ello se lanza el mensaje a la sociedad de que por el hecho de ser mujeres se merecen este maltrato, que los hombres merecemos que se nos tolere y “ría” este tipo de actuaciones “inofensivas, aunque algo traviesas”, que “no son para tanto…es que están de fiesta, deja que se desmadren un poco”. Al colectivo de hombres no nos beneficia en nada este tipo de escenas porque fortalecen aún más los efectos que en nuestra forma de pensar y actuar tiene la educación sexista que como varones hemos recibido. No nos beneficia por muchos motivos: porque asustan a las mujeres y nos alejan aun más de ellas; porque nos confunden ya que naturalizan actos sexistas y los muestran como si no lo fueran; porque nos asustan ya que nos llevan a ser testigos de la pasividad y/o colaboración de otros hombres ante un acto de maltrato ejercido por otro hombre; porque nos embrutecen. El colectivo de hombres, al igual que todas las personas, necesitamos ver que se actúa correcta y firmemente ante cualquier situación de maltrato sexista o no. Ello nos servirá de ejemplo y motivación para, en la próxima ocasión, nosotros mismos decidirnos a levantarnos y pararlo. Las jaiak (fiestas) son un espacio ideal para entrenarnos en ello, aunque desgraciadamente nuestra día a día aun está plagado de momentos en los que actuar.” Juanma Triku, miembro de Piper Txuriak

No hay comentarios:

Publicar un comentario